Noctámbulo. 2019 – 2022

En medio de la tranquila extensión de la dehesa, donde la naturaleza se despierta en susurros al caer la noche, surge un escenario que nos transporta a un remoto pasado. Un tiempo en el que el hombre, aún en su estado más primitivo, alzaba la mirada hacia un cielo colmado de maravillas.

Esta serie de fotografías es un testimonio visual de un viaje en el tiempo, donde la contaminación lumínica era un concepto ajeno y la bóveda celeste se revelaba en todo su esplendor. Las noches estrelladas en la dehesa nos ofrecen la oportunidad de revivir la conexión ancestral que nuestros antepasados disfrutaron con el firmamento.

Cada imagen captura la majestuosidad de un universo sin límites, un tapiz de estrellas que se despliega sobre la tierra, recordándonos que, en esencia, todos somos observadores de las mismas maravillas cósmicas que maravillaron a aquellos primeros exploradores de la noche.

En esta serie, se invita a contemplar la belleza inmutable del cielo nocturno en su estado más puro. La quietud de la dehesa nos permite adentrarnos en la noche profunda, donde el silencio y la oscuridad revelan secretos que la civilización moderna a menudo nos oculta.

Esta serie de fotografías es un recordatorio de que, a pesar del paso del tiempo y el avance de la tecnología, la asombrosa inmensidad del cosmos sigue siendo una fuente infinita de inspiración y asombro. Con estas fotografías, somos testigos de un regreso a un pasado estelar, donde el ser humano miraba hacia arriba y soñaba con lo desconocido.